
ciudades, rincones, parajes por conocer...
Mis oídos escuchan lo que no oyes,
música, sonidos, gritos, conversaciones...
Mi nariz huele los olores que no llegas a percibir,
mientras que mis papilas gustativas saborean
lo que no comes y tu estómago va a digerir.
Mis manos no tocan porque las perdí
buscando sueños imposibles
encontrados en un colchón tirado en el suelo.
Por eso mi pequeña ciega,
viajarás conmigo donde vaya y te enseñaré
aquel Van Gogh, un molino, un castillo,
el atardecer de las 7...
Por eso mi pequeña sorda,
escucharás conversaciones entabladas en bares y heladerías
decisiones tomadas entre tanta algarabía.
Por eso pequeña sin olfato percibirás
los olores de los tulipanes, la mantequilla derritiéndose en
sartenes y los perfumes de los barrios más coloraos.
Por ello pequeña sin gusto disfrutarás de la mermelada de arándanos,
del bacon y el huevo del desayuno, de las especias de
una madre sudanesa.
Porque a pesar de tus discapacidades,
me das calor, me abrazas, me besas y me haces el amor...
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