martes, 23 de diciembre de 2008

Síndrome

La ciudad apesta a castañas devoradas por gusanos que viajan a los estómagos de los viandantes cargados de bolsas doradas.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Batallita


-Vámonos Juan. Es tarde.
-Sí, la verdad que hace mucho que debía haberme ido a casa pero me entretuve con el periódico. ¿Sabe usted que ahora gobierna un negro en América?
-Sí Juan, un negro. Ande acompáñeme a cerrar y bajamos para su casa.
-Cuando Fulanito le partió la boca a Menganito, eso sí que fue gracioso.
-Me dijo usted que fue aquí, ¿no?
-Aquí mismo: era yo un chavalillo y el que se las daba de más fuerte del pueblo, Menganito, llegó presumiendo para echar un pulso. Fulanito le retó y perdió pero este se levantó y le dijo….
-“Así si me ganas pero con esto no” y le dio un derechazo en todo el hocico.
-Eso es. Qué tiempos.
-Bueno pues ya está. Mañana a las 6.00 vendrá Marcial a abrir, que el Pelao viene pronto a montar el puesto.
-¡Ay, Marcial! Que muchacho tan bueno. Su padre era un encanto, de estos hombres que…

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El cómo...

Ella lo espera sentada en la terraza. Sostiene con las dos manos un colacao calentito.
Algunos rayos de sol se cuelan
entre las
nubes mientras
cierra los ojos y se apoya
contra la pared. Deja caer su cabeza y mira el grumo
de cacao que no pudo disolver la leche.
Lleva un chaleco de cuello vuelto. Tiene frío
pero se está bien en la terraza
a pesar de ello.
Allí había pasado el verano, devorando crucigramas,
yéndose a zambullir
en el agua que se presumía helada en esta época del año.
Piensa cómo pasa el tiempo
y lo contenta que está aunque no sabe cómo,
de qué manera expresarlo.
El calor de los rayos de sol se ha esfumado. La gran
nube gris eclipsa
la bonita estampa de
la chica toma colacao en la terraza.

-“Te preparo una tostada”
-“Sí, con mermelada”, contesta ella mientras lo ve irse a la cocina.

martes, 9 de diciembre de 2008

Los del fotomatón

Átame tras el viaje y deja que me quede contigo.
Abrázame y no me sueltes porque no llevo paracaídas.
Bésame en la mejilla.
Sonríeme y te veo después.

Atrápame en el tiempo haciéndole al guiño al señor que se esconde detrás de esa máquina.