martes, 19 de junio de 2007

La performance, representación a medida

Se abre el telón...
nervios, luz y aparece una muchacha llorando.
Se abre el telón...
expectación, luz y aparece un muchacho llorando.

-¿Qué te ocurre? pregunta ella.
-Nada, simplemente lloro porque estoy bien con mi chica. ¿Y tú?
-Nada, simplemente lloro porque estoy mal con el mundo. Quiero morirme.

Tras un impás donde el silencio era el protagonista nuestro amigo pregunta:
- ¿Puedo hacer algo?
-Sí, matarme o hacer que vuele abandonándolo todo, dice ella.
Titubeos...
-Va a estar difícil eso de volar, así que espera que busco un bonito balcón.
-¿Piensas empujarme?...

En la escena siguiente ella se agarra fuerte a una barandilla algo oxidada por la lluvia mientras que él la contempla desde abajo.
-Si consigo arrancarte una sonrisa volverás a esperarme en aquella habitación, grita él. Si no, podrás volar durante unos segundos y cumplir tu deseo: verle la cara a la muerte.
-¡Está bien!, afirma ella.

El muchacho se toca el cuello de la camisa para ajustarse a la tensa situación y grita:
-No puedo ser Romeo, ni tú eres Julieta sin embargo espero que esto haga replantearte que a pesar de lo oscuro hay días en los que la luz aparece.
Ella ni gesticula mientras alza una pierna por encima de la barandilla.

-¡Mira a tu alrededor, seguro que hay algo que merece la pena!, exclama desde abajo el chico.
Tras un destello de cejas y con la cara de tú eres gilipollas (si lo hubiera no me tiraría) levanta ella la otra pierna.

-Muy bien, si es lo que quieres, estampa tus sesos aquí. Partete las piernas y procura no chillar mucho, es de noche y puedes despertar a los vecinos.
Total, tienes razón, ¡esto es una mierda!
Nadie puede solucionarnos nada así que esperame que subo y nos tiramos los dos...

Ella sonríe...
Cae el telón.

*Ven y sientate. Tu chica no va a morir. Tu chica va a volar contigo sin moverse de la habitación.

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