sábado, 8 de septiembre de 2007

La Manzana

Siempre tengo una manzana en mi frutero.
Está sola, sin la compañía de peras o plátanos...SOLA.
Una noche de Martes alguien me visitó y cenó en casa de improviso aunque ya habíamos acordado cenar alguna que otra vez.
Mi compañía se encaprichó de la manzana y yo receloso evité cualquier mordisco.
Esa manzana estaba reservada sólo para mí.

Esa semana me comí la manzana mientras vi cómo mi vida pasaba ante mi ojos...¿Iba a morirme? ¿Por qué recuerdos del pasado? ¡Javi duérmete!
Coloqué otra manzana en el frutero pero esta vez de distinto color.
Nuevamente tuve visita, sería seguramente una noche de Jueves y nuevamente antojo de manzana.
Esta vez no pude decir que no y tomó un bocado. Solo un "crash" de sus dientes sobre mi manzana.
Ya no era verde, ahora era colorada.
Empezaba a olvidar aquella manzana roída por los gusanos, típico bodegón sobre la encimera de mi cocina.
Pasaron los días, los meses y las visitas fueron más frecuentes, diarias sería el adverbio. Bocado tras bocado fue dejando la manzana casi en el hueso...

Un día llegó el último bocado. Se acabó la manzana. MIEDO. ¿Traición?
Me robaron la manzana sin que pudiera impedirlo.
Esa misma noche, mientras discutía con la almohada vi cómo algo brillaba en la oscuridad de mi cocina cuando en calzoncillos y despeinado totalmente me levanté a beber agua.
No sé cómo pero la manzana desprendía un color rojo que me cegó y a su lado un gusano con gafas de sol lloraba tras estas.

-¿Qué te ocurre?
- La manzana, no puedo devorarla. Ni hacer un pequeño agujerito. LA ODIO, decía entre gemidos el pequeño intruso.
Y continuó:- Siempre me pasa lo mismo y te lo tengo dicho. Viene alguien y se come nuestra manzana, más bien la tuya, y no puedo recuperarla hasta que es simplemente inexistente.
Cuando quieras volver a la frutería, te esperaré aquí y descuida que no te regañaré...GILIPOLLAS

No hay comentarios: