miércoles, 26 de marzo de 2008

Jugando a las palas detrás de la sombrilla

Un domingo cualquiera de verano. 10 de la mañana.

Lee el cartel de siempre, ese que le indica que a pocos kilómetros podrá disfrutar de una vista tranquilizadora.
Baja la ventanilla del coche para sentir la brisa y ese olor a sal que antes de su regreso impregnará toda su piel.
El sol llena todo el salpicadero y ella se preocupa por la tortilla y los demás avíos que guardó en el maletero. Vayan a ponerse malos con tanto calor, piensa.
Echa un trago de la fría botella de agua.

Freno de mano. Casi las 10 y media.

Baja del coche y enseguida toma la butaca de rayas blancas y azules. En la derecha, bolsas con una gran variedad de contenido bien protegido por el papel metálico que le deslumbra debido la reflejo del sol. Se pone las gafas y allá que camina hacia el sitio donde su marido, con mayor o menor destreza, (ella apuesta por lo segundo), levantará su territorio conquistado por un día.

Cuando el calor aprieta decide darse un baño salado en la fresca masa de agua que tiene ante sí. Caminado hacía la orilla recuerda cuándo sus padres la llevaban allí, cómo se zambullía entre las olas y cómo salía arrugada guardando parecido con una cría de shar-pei.
Evaluó la temperatura con el dedo pulgar de su pie derecho y con gesto de no está tan mala se introdujo casi hasta la cintura.
Se mojó la cara, los brazos y pronto decidió volver para tomarse algunas patatas fritas y comprobar si su marido había despertado del letargo que le producía su intensa lectura del As.



Las 14´30 horas.

Una vez que su marido sustituyó la lectura deportiva por el vaso de tinto, observó que era la hora de comer y preparó todo en una mesita. Todavía estaba la tortilla cubierta (había que tener cuidado con la arena) cuando se levantó en busca de sus nietos que habían estado jugando con la pelota.
“¿Dónde coño estarán los niños?” se preguntaba mientras miraba a un lado y a otro con la mano derecha en jarra.


P.D. http://www.flickr.com/photos/mpardogenis

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero tu has ido con algunas de mis abuelas a la playa??
Me parece que es el bikini de una de ellas, el sombrero seguro!
Que de tiempo, estaría bien tomar alguna vez ese papel, con la tortilla envuelta y todo.
Gracias por actualizar, siempre es un placer encontrarse unas líneas tuyas.