Tengo la llave de tu casa.
Dejo la bici aparcada y ando un par de minutos.
Abro la puerta sin hacer ruido y me ducho mientras sigues durmiendo.
Subo las escaleras y me meto en tu cama.
Te despierto acariciándote la espalda.
Hacemos el amor y nos quedamos dormidos.
Me despierto conduciendo sobre las 2.15 de la mañana rumbo a mi casa.
Pongo la tele y espero las noticias que nos traen desde Pekín.
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1 comentario:
Supongo que eso es la esperanza, creerte esas palabras, pensando que esta vez va a ser diferente.
Y puede que lo sea y puede que no, pero ¿quién nos quita lo bailado?
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